lunes, 29 de noviembre de 2010

Hace poco leí en un libro una frase que no para de retumbarme por la mente desde entonces...

" Si redujeras el mejor consejo de la historia a dos metas que merecieran la pena ser escritas en un imán de frigorífico, estas serían probablemente: buscar el equilibrio o buscar la excelencia "

Si te paras a pensarlo, ambas son buenas. Por un lado tienes la ardua tarea de obsesionarte y basar la obra de tu vida, en ello. Y por otra, dedicarte a vivir la vida y disfrutar cada momento de lo que te está trayendo: leer, comer, reir, hacer el amor, oir música, casarte, descasarte, tener hijos, etc.
Está claro, que en una sociedad competitiva como la nuestra, todos buscamos la excelencia.
En lo más profundo de tu ser, aunque no lo reconozcas e intentes ir de bohemio, deseas poder inventar los viajes en el tiempo o la cura de la estupidez...pero si eres realista(o realístico) y te paras a pensar que sólo estás gastando tu vida en ello, deja de tener momentáneamente tanto sentido...

Tu vida, la única vida que vas a tener...somos derrochadores hasta en dejar pasar nuestros únicos años en, este, nuestro planeta querido o no tan querido

¿Hasta qué punto deseamos la aprobación de los demás?



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